Rhode Island, nos trata a todos como extraños
Aquellos de nosotros que nos hemos mudado a Tiverton, Rhode Island, en los últimos quince años bromamos que no vamos a ser “locales” hasta que tengamos las calles adyacentes que lleven el nombre de nosotros. La ciudad tiene su parte de las señales modelo (Calle Principal., North Ct.), Barrios temáticos (calles con nombres de árboles a lo largo de Arbor Ter.), Y los bloques descriptivos (Peaceful Way, Whaleback Rd.). Sin embargo, salpicada a través del mapa son los nombres de las viejas familias, algunos todavía están representados en la población (Durfee, Sousa, Peckham).
Cuando nosotros, los recién llegados nos organizamos para cambiar la dirección del gobierno de la ciudad, los vecinos insistieron en que no éramos “la verdadera Tiverton.” Éramos de afuera.
Cualquiera que se haya movido a otra ciudad reconocerá que Tiverton no es único en esta reacción. Los inmigrantes cambian de una comunidad, y para bien o para mal, se pueden deshacer las generaciones de la planifi cación cuidadosa de los nativos, las inversiones y las relaciones.
Considere el cliché acerca de cómo los residentes de Rhode Island dan instrucciones a los conductores basándose en puntos de referencia que ya no existen. “Gire a la derecha por donde era el mercado Grand Central.” Esa es una tendencia natural, pero que crea un lenguaje especial – un mapa secreto para las personas con las conexiones descifrarlo.
Lo mismo sucede en el gobierno, y el pequeño tamaño de Rhode Island, la dominación de un solo partido, y los enclaves étnicos puede hacer que sea especialmente vulnerable. La política pública que parece diseñada para dar información privilegiada a los de adentro.
Un par de años atrás, Tiverton tuvo una disputa local sobre los pasos que el pueblo tenía que tomar para aumentar los impuestos de propiedad por encima del nivel del impuesto estatal.
Las Leyes Generales de Rhode Island dan algunas instrucciones generales. La División de Finanzas Municipales en el Departamento de Impuestos del estado emitió más regulaciones específi cas que algunos de nosotros pensamos que contradice la ley. Y en el último minuto antes de que la gente del pueblo votara por el presupuesto, el jefe de Hacienda Municipal envió un breve correo electrónico al administrador de la ciudad que hecho los reglamentos a un lado.
Algunas personas en la ciudad van a disputar mi resumen, pero el punto es que el proceso se parece mucho a “girar a la derecha, donde el mercado solía ser.” En cambio, es “llame a la directora de la división del departamento que el gobernador designo para interpretar la ley que la legislatura aprobó. “Gire a la izquierda en la democracia que solía ser”.
El proceso legislativo es otro ejemplo. Los representantes electos presentan proyectos de ley para cambiar la ley. El Senado y líderes de la Cámara asignan los proyectos de ley a los comités designados y deciden cuándo van a tener audiencias. Los Comités votan para atrasarlos en tanto que se “estudian más a fondo”. A partir de ahí, el proceso consiste en ofertas ocultas hasta que, al fi nal de la sesión, la Legislatura suspende sus propias reglas, y las buenas y malas leyes inundan las puertas.
Al igual que un conductor que no sabe donde los edifi cios que solían ser, los que no conocen los canales secretos del gobierno de RI tienen tres opciones: se pueden quedar dando vueltas todo el día, perderse con frecuencia y alcanzar hacer un poco. Podemos contratar guías, quienes tendrán sus propias agendas o simplemente podemos seguir a alguien que promete que va a ir al mismo lugar, aunque ese no sea el caso.
Todas estas opciones colocan a los político de afuera en una enorme desventaja, y no hay respuestas fáciles. Una conclusión obvia, sin embargo, es que tenemos que ser muy cuidadosos de no seguir el Camino de Rhode Island a los callejones sin salida o círculos interminables.